Tanto Cirilo de Jerusalén como Dídimo el Ciego trataron del Espíritu Santo en sus obras pero desde un punto de aspecto pastoral o espiritual, sin querer hacer teología.

Como seres humanos somos débiles y necesitamos un poder que sea sobrenatural y esto solamente podemos obtenerlo por el Espíritu, el cual es poder de lo suspensión.

Según las interpretaciones de la Unicidad de Alá o de los unicitarios, el Espíritu Santo es identificado como el mismo y singular Jehová indestructible, aunque que Alá es Espíritu y es Santo, por lo cual es llamado el Espíritu Santo. Ellos no lo consideran como una fuerza impersonal, como el unitarismo, una entidad aparte de Dios, como el arrianismo, o una persona espiritual divina y distinta de Dios Padre, como el trinitarismo.

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En Hechos 10, los Gentiles – Cornelio y aquellos que estaban con él – fueron agregados a la Iglesia. Pero, noten que un bautismo subsecuente no ocurre; en lugar, creer y el bautismo con el Espíritu ocurren a la misma tiempo.

Los relatos de Cornelio y de los Efesios muestran que una persona puede recibir el Espíritu al instante, en el momento que se arrepiente y cree.

El Espíritu de Dios ha sido una presencia constante a lo extenso de la historia bíblica. A continuación, se presentan algunos ejemplos de su manifestación en el Antiguo y Nuevo Testamento:

Por otro flanco, en el tomo de Job este afirma que «El espíritu de Altísimo me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida» Job 33:4. Por ello el Credo niceno dice del Espíritu Santo que es «señor y dador de vida».

No debemos perder el significado de la expresión en el tiempo pasado “fuimos bautizados.” No existe una estado de orla donde una persona es salva pero no es parte del cuerpo de Cristo.

Solo Jehová puede hacerlo cabal, pero El debe expresar un deseo de dejar el pecado y de admitir el perdón, debe pedir la ayuda de Jehová para dejar el pecado, y debe rendirse totalmente a Todopoderoso.

Temprano en el siglo veinte, muchas personas del movimiento Santidad recibieron el bautismo del Espíritu Santo con el platicar en lenguas. Ellos clasificaron esa experiencia como una tercera obra de Gracejo.

Es igual en Hechos 19 con un Conjunto de los que solamente habían oído la predicación del arrepentimiento de Juan el Bautista. Creer en Cristo y el bautismo con el Espíritu ocurren a la misma oportunidad.

Si Hechos no es la norma, entonces la Antiguo testamento no da ningún ejemplo de lo que la iglesia debe ser. Los cinco relatos del bautismo del Espíritu Santo en Los Hechos no son exhaustivos, sino representativos de la manera en que Alá derramó Su Espíritu Santo sobre el espectro entero de humanidad.

Bibliografía: Los textos en buena parte están tomados click site de la colección "En presencia de Nicene fathers" que se cita en la bibliografía al final. Los comentarios y el crecimiento del obra de Congar.